miércoles, 26 de diciembre de 2018

Biografía de Lucía Angélica Folino






Lucía Angélica Folino nació en Avellaneda, Buenos Aires, Argentina el 19 de diciembre de 1956. Abogada, docente y poeta, ha publicado en el año 2004 su primer libro: "Retablo de duelos" con Editorial Dunken.
Publicó su segunda obra: "Acuario Plateado por la Luna" en una pequeña edición de autor, en el año 2005.
Parte de su obra aparece en prestigiosas antologías nacionales e internacionales en formato papel y revistas literarias virtuales y blogs digitales.
Escribió letras de canciones -registradas en SADAIC y SIAE- entre las que se destacan poemas y traducciones en la opera prima del músico italiano Lorenzo Gabetta: “Salvando las distancias”, lanzado en Milán en el año 2012.
Lucía Angélica Folino ejerció la abogacía durante tres décadas en Argentina, (con un frondoso currículum laboral de su actividad en C.A.B.A y área metropolitana de la Provincia de Buenos aires, en múltiples ramas de ciencia jurídica), encontrándose vigente su matrícula.
Dictó cursos en taller de poesía  y letras de canciones, tras haber participado en numerosos talleres de poesía, narrativa y letrística de canciones en SADAIC. Fue vocal del "Centro cultural Alejandra Pizarnik" de Avellaneda durante dos años. Su tercer libro publicado en el año 2015 es Venas al Menudeo. En el año 2018 presentó: "Cruzamientos y Aspavientos" y "Premio Consuelo", y "Enfundá la mandolina" en edición de autor.
Durante 2018 dirigió y editó la revista digital EL CAMALEÓN FATIGADO.               





Índice


Índice

Enfundá la mandolina, tango
 9  Vivir al límite
13 Tejidos
16 Hombre
17 La musa de Dalí
19 El Mesías descubierto
21 La sin rostro.
23 El hombre primitivo
27 Mano verde para Pez Náufrago
29 El Príncipe de Gales
33 Las cosas por su nombre
36 De tal palo, tal astilla
43 Bufandas
44 Memoria activa
45 Crear para creer
50 La manzana verde
52 El arte de cocinar lentejas
57 Oxiuros y filarias
61 La lengua de las lenguas (atolondradamente)
66 Eclesiastés
68 Todo bien
71 Tempus lugendi
75 La paja en el ojo ajeno
77 Sin hacer tanta alharaca
79 La calesita
81 A todos aquellos
86 Lujo
87 Monólogo del espectador del alma rota
90 Como piedra me desgasto
92 Entresijos del amor oculto
94 Enemigos
99 Cháchara
102 ¿Qué nombre le pondrías?





                    







Enfundá la mandolina (letra de tango)


ENFUNDÁ LA MANDOLINA
TANGO:
Letra: José Zubiría Mansilla
Música: Francisco Pracánico

Sosegate que ya es tiempo de archivar tus ilusiones,
dedicate a balconearla que pa' vos ya se acabó
y es muy triste eso de verte esperando a la fulana
con la pinta de un mateo desalquilado y tristón.
No hay que hacerle, ya estás viejo, se acabaron los
programas
y hacés gracia con tus locos berretines de gavión.
Ni te miran las muchachas y si alguna a vos te habla
es pa' pedirte un consejo de baqueano en el amor.

Qué querés, Cipriano, ya no das más jugo.
Son cincuenta abriles que encima llevás.
Junto con el pelo que fugó del mate
se te fue la pinta que no vuelve más.

Dejá las pebetas para los muchachos,
esos platos fuertes no son para vos.
Piantá del sereno, andate a la cama
que después, mañana, /cof cof/ andás con la tos.

Enfundá la mandolina, ya no estás pa' serenatas,
te aconseja la minusa que tenés en el bulín,
dibujándote en la boca la atrevida cruz pagana
con la punta perfumada de su lápiz de carmín...

Han caído tus acciones en la rueda de grisetas
y al compás del almanaque se deshoja tu ilusión,
y ya todo te convida pa' ganar cuartel de invierno
junto al fuego del recuerdo a la sombra de un rincón.



¿Qué nombre le pondrías?


¿Qué nombre le pondrías?


El pico de la cigüeña
ha entrado en mi guarida
desperezando
su tenaz espeleología.

Dios también se maneja con subliminales.





Cháchara


Cháchara

De repente, todo el mundo
tuvo necesidad de hablar,
de decir lo suyo,
de ser poeta.

Se lanzaron al vacío,
innumerables tejedores de redes amigables.
Se formaron grupos con
locuaces desahuciados
que también
tenían necesidad de hablar,
de decir lo suyo,
de ser poetas.

Y como todos eran todos
Y ninguno era uno,
se intercambiaban
versos marcados de costumbre
como palomas mensajeras.

El problema, mi amigo, fue el de siempre:
las palabras se fastidiaron de tantos arrecifes,
tanto friso  y tanta pluma
de amores contrariados,
empatía del  humo
y huelgas de belleza,
las infamias perdieron su perfume,
los recursos de esa esgrima
se agotaron como pólvora de guerra...

Y los versos libres
fueron tan poco libres
que tuvieron el impacto
de una charla monótona y huidiza.

El problema, mi amigo, fue el de siempre:
el lenguaje perdió el símbolo
y las palabras transmutaron
en cháchara  sin importancia.








Enemigos


Enemigos



All the world's a stage,
and all the men and women merely play
W. Shakespeare (As you like it)



Todos somos actores,
a sabiendas de que
hacemos el papel lo mejor que podemos.
Pero no es verdad  que podamos.


*

Cuanto más argumentes
en contra de la trascendencia,
mayor será tu veleidad
y más grande el vacío
en ese sitio oscuro.


*

Por tu forma de decirlo
parece odio
lo que no es más que 
carne podrida.


*

Cuando atrase el reloj de la historia
nadie habrá para darle cuerda a la historia de tu
reloj.


*

Sobreviví a ellos
y hoy ya no soy.


*

De ahí,
a formar parte
de los invasores,
la  escarpadura en el desierto.


*


Cuanto antes desaparezca
el poder en las sombras
más pronto desaparecerá
el resplandor de la tiniebla.


*

Nunca van a invitarte a su mesa
si no admites cumplimentar
previamente
tu definitiva despedida.


*


Escarnece           
a tu rival
antes de ultrajarlo
y encómialo después.                



*

¿Planes perfectos?
No hay planes perfectos
ni presuntuosidad sosegada
para aquellos seres  
que se pavonean de no saber si somos

Entresijos del amor oculto


Entresijos del amor oculto

Enmudece la noche como un sarcófago bruñido.
Se prepara la última estrella
para despuntar la aurora
en su rosada hermosura.
Todas las velas del cielo se apagan.
Todas menos una,
que no admite mestizaje en su contingencia.
La realidad alberga soles que no vemos,
y el alma no es un slogan de
los poetas estúpidos.
Ni una mentira más soporta la insípida cartelera.
La experiencia del ser clama contra la ruindad
de los peligrosos cobardes.
Si es tiempo de Luz, habrá Justicia en la Sombra.
“Dios nunca abandona a sus fieles”, nos dijeron.
Fue escrito por uno de los nuestros,
hace milenios,
en un salmo cuyo número no recuerdo bien,
y se santigua el diablo
ante mi falta de memoria.











Como piedra me desgasto


Como piedra me desgasto

Con la viscosa esperanza de detener el tiempo,
me convertí en una piedra.
Como piedra me desgasto.

No volveré a ser humana.
Rituales, sacrificios y banquetes
se jalonan en  blandas palabrotas.

Ceremonias anodinas conmemoran
inscripciones en los libros sagrados.
Son el humo de los dioses o el gozar
de los demonios.

Es para mí la vida una cantera
que me alberga,
la vislumbro desde la cima.

Ruedo y caigo en el pantanal del mar
que encrespado me  arroja a las orillas,
impasible ante el ignoto destino.

Siento cómo se congela el semen de los muertos
en la copa de plata del cadáver
y me transformo en lápida brumosa
a los indescifrables latidos
de los relojes de arena.

En el curso de la existencia
la eternidad es un instante seco
y desbandado.

Monólogo del espectador del alma rota



Monólogo del espectador del alma rota

Hablaré de ti, bella alma rota
por una fuerza  imperceptible,
emergida de la caverna
que te vio resignarse
ante cada nuevo hospicio
de revoluciones postergadas.

Alma portavoz, tumulto inquieto,
confrontada a lo eterno
genuinamente rota, 
erosionada,
calcinada en encajes de intereses mezquinos.

Alma gruesa, raída.
Alma ignota de marcas ancestrales,
con tatuajes que dudan de las bestias
excepto en lo que sienten peregrinas.

Las olas de la mar envidian
tu insignificancia de giros azarosos,
tu inocencia impecable,
tu corporeidad incorrecta
con alas de paloma.

Quisiera ofrecer tiempo para amarte,
enseñarte una trampa fundada en argumentos
que curen las heridas de tu pulso
con salmos o caricias de mis dedos.

Se propaga en el agua
una muda consigna hasta la opuesta orilla:
el margen implacable que me aguarda.

Y quiera que,
tal vez,
estés callada y rota,
desgarrada,
y no henchida de catástrofe.









Lujo


Lujo



Dio clases para aprender a pensar.
Cobró carísimo.
Pensar era un lujo para pocos.











A todos aquellos


A todos aquellos:

A todos aquellos
que no marcan distinciones
entre bálsamo y hedor;
a todos aquellos
que sientan obsesión
por la salida mística,
a pesar de la noche del año
en que se admita;
a todos aquellos
que detestan las anáforas  
y la melodía satánica,
tanto como sus caras
ajadas frente
a los espejos en liquidación
del olvido.
A los pájaros perfectos,
a las mujeres y hombres imperfectos,
a las parejas ab-negadas,
a los que extinguen la llama de la libertad
y crecieron comiendo caramelos Media hora,
con la boca hambrienta de aceitunas o
aventuras;
a los camaristas del crimen
con verdades ayunas de causalidad y justicia.
A los vecinos de las ceremonias
que cantan villancicos deslucidos;
a los autores de la razón de mi vida,
a los chiquillos aficionados
a escribir cartas de amor;
a los laicos feligreses del descontento popular;
a los que juegan
apostando morir en sus camas;
a los panaderos
que no arreglan televisores
y a los fabulosos electricistas
de linterna a pilas
y taladro mecánico.
A todos aquellos,
en condiciones de vivir
un día más,
bajo el sol estereotipado de primavera,
con niebla o lluvias torrenciales;
a los violadores de la Ley seca,
a reglamento;
a los comisarios de a bordo
de aviones desaparecidos
en el Triángulo de las Bermudas,
a todos los etcéteras,
sobreentendidos e implicados,
que pueblan este mundo in fine:
les encargo mi alma,
para que la salven.
De momento,
no me toca sino recordarles
que las puertas cerradas del infierno
arden en llamaradas acuciantes
y se oyen, desde lejos,
abucheos a los torturadores.
Y que sepan,
de una buena vez,
que una existencia honesta
o desquiciada
se consume
al precio promocional de un paraguas
de alquiler,
subastado en Disneylandia.












Biografía de Lucía Angélica Folino

Lucía Angélica Folino nació en Avellaneda , Buenos Aires, Argentina el 19 de diciembre de 1956. Abogada, docente y poeta, ha p...