Como piedra me desgasto
Con la
viscosa esperanza de detener el tiempo,
me convertí
en una piedra.
Como piedra
me desgasto.
No volveré a
ser humana.
Rituales,
sacrificios y banquetes
se jalonan
en blandas palabrotas.
Ceremonias
anodinas conmemoran
inscripciones
en los libros sagrados.
Son el humo
de los dioses o el gozar
de los
demonios.
Es para mí
la vida una cantera
que me
alberga,
la vislumbro
desde la cima.
Ruedo y
caigo en el pantanal del mar
que
encrespado me arroja a las orillas,
impasible
ante el ignoto destino.
Siento cómo
se congela el semen de los muertos
en la copa
de plata del cadáver
y me
transformo en lápida brumosa
a los
indescifrables latidos
de los
relojes de arena.
En el curso
de la existencia
la eternidad
es un instante seco
y
desbandado.
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